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Hoyo Cero Golf  -  Consejos de Ben Hogan - Los Fundamentos

 Cuando tenia 19, me hice profesional de golf. Imagino que si suministraría los datos parciales apropiados a uno de nuestros “cerebros electrónicos” modernos, este daría unas cuantas vueltas y poco después me informaría sobre cuantos cientos de miles de golpes he pegado en los fairways de practica (*en aquel entonces se practicaba en el campo mismo, escogiendo calles amplias - no había campos de practica), cuantos miles de golpes he jugado en los torneos, cuantas veces he putteado tres veces cuando no había absolutamente ninguna razón para hacerlo, y todo lo demás. Como la mayoría de los golfistas profesionales, tengo una tendencia a recordar mis malos golpes con un poco mas de claridad que los buenos, el uno o dos por vuelta, rara vez más, que salen exactamente como yo me propongo que salgan.
Sin embargo, habiendo trabajado duro en mi golf, aplicando toda la mentalidad y todos los recursos físicos que tenia a mi disposición, me las he arreglado para pegar algunos golpes muy buenos en momentos muy importantes de torneos principales. Para citar un ejemplo que muchos de mis amigos recuerdan con cariño especial – y yo también, en este caso – en 1950 en Merion, necesitaba un 4 en el hoyo 72 para empatar el primer puesto en el Abierto (*de Estados Unidos). Para conseguir este 4 era necesario llegar a un green poco accesible, bien protegido por obstáculos y algo elevado, desde una distancia aproximada de 200 yardas. Hay golpes mas fáciles en el golf. Jugué un hierro dos y pegué lo que a mi juicio fue sinceramente uno de los mejores golpes de mi ultima vuelta, tal vez uno de los mejores que jugué durante todo el torneo. La bola salió en línea recta hacia el centro izquierdo del green, y termino a unos 40 pies del hoyo. Era todo lo que podía haber pedido. Luego con dos putts conseguí mi 4, y esto me permitió entrar en el desempate por el titulo que agradezco haber ganado al día siguiente (*en aquel entonces el desempate se jugaba a 18 hoyos el día después).
Expongo este incidente no por el gusto de volver a saborear un “gran momento”, sino, mas bien, porque he descubierto en muchas conversaciones que mi manera de ver este golpe (y otros similares) es acentuadamente diferente de la que parecen haberse formado la mayoría de los espectadores. Ellos tienden a ser fascinados por el golpe en si al haber sido ejecutado en una situación bajo presión. Tienden a considerarlo como algo único en si mismo, podría decirse algo casi iluminado, al haber sido justo el golpe que la ocasión pedía. Yo no lo veo así en absoluto. Yo no di este golpe entonces, esa tarde en Merion. Estaba practicando ese golpe desde que tenia 12 años. Después de todo, lo primordial en el golf de competición es obtener el dominio sobre un swing que tiene que funcionar mejor a la medida que la presión esté aumentando.
En algunos aspectos importantes, el golf de competición y el golf de recreo, son tan diferentes entre ellos como el hockey sobre hielo y el tenis. En otros aspectos no: el profesional que juega en los circuitos ganándose la vida (con su orgullo, algo de placer y miles de dólares en juego) y el jugador normal que trata de producir su mejor juego los fines de semana (jugándose su orgullo, su placer y Nassau de un dólar) están ambos tratando de dominar los movimientos que van a traducirse en un swing que se repite - UN SWING SÓLIDO, FUERTE Y REPETITIVO. Esto se puede afirmar categóricamente: es absolutamente imposible que un golfista juegue buen golf sin un swing repetible.
Entonces, ¿cómo se establece un swing en el cual se puede confiar que se va a repetir con toda clase de vientos y condiciones meteorológicas, bajo toda clase de tensiones y presiones? Habiendo dedicado la mayor parte de las horas en la cuales estuve despierto (y unas cuantas de mis horas de sueño) durante un cuarto de siglo a la persecución de la respuesta, creo ahora que lo que yo he aprendido puede ser de una tremenda ayuda para todos los golfistas. Esa es la razón que tengo para emprender esta serie de lecciones. No me propongo tratar las cosas en teoría. Lo que he aprendido, lo he aprendido mediante el dificultoso proceso de ensayos y errores, observando a un buen jugador hacer algo que me parecía bien, tropezando con algo que sentía que era correcto personalmente, experimentando con este algo para ver si ayudaba o estorbaba, adoptándolo si ayudaba, refinándolo a veces, descartando si no servia, algunas veces descartándolo mas adelante si resultaba inseguro en torneos, experimentando continuamente con ideas nuevas e ideas viejas y todas formas de variaciones hasta que llegue a un conjunto de fundamentos que me parecieron ser correctos porque cumplían un propósito muy definido, un conjunto de fundamentos que me demostraron ser correctos porque se mantenían y eran efectivos bajo toda clase de presión. Resumiendo, los datos que voy a presentar son una selección de los conocimientos que he tratado de adquirir desde la primera vez que conocí el golf cuando tenia 12 años y supe, casi inmediatamente, que quería hacer de este juego mi trabajo permanente.
Hasta cierto punto, según mi modo de verlo, no hay nada difícil con respecto al golf, nada. Realmente no veo ningún motivo para que el jugador promedio, si se maneja inteligentemente, no podría jugar vueltas en los 70 - y quiero decir jugando el tipo de golpes que juega un jugador de elite. A la mayoría de los golfistas promedios se les pone de algún modo en la cabeza que no pueden pegar un “golpe largo” correctamente, que no tienen la destreza o la coordinación necesaria para ejecutar un swing completo. El putting o el chipping, eso es otra cosa. El golfista promedio siente que puede superar con bastante éxito esas partes del juego – pues todo lo que necesita es un swing corto. En mi opinión, el jugador promedio se menosprecia. Tiene todos los recursos físicos necesarios para ejecutar el swing completo y pegar golpes completos. El swing completo no es ni mas ni menos que una prolongación del swing corto. Como todas las cosas, requiere un cierto aprendizaje, pero aprender los movimientos correctos es diez veces menos difícil de lo que el piensa. En efecto, una vez bien encaminado en el golf, cuesta mucho menos esfuerzo hacer las cosas bien que hacerlas mal.
Me doy cuenta de que en algunos aspectos puedo ser un hombre exigente y que a ciertas personas les resulta mas difícil hacer algunas cosas de lo que yo puedo apreciar, pero realmente me da lastima observar a un jugador pegando hasta agotarse en el tee de practica, malgastando su energía de forma nada constructiva, haciendo nueve veces de cada diez el mismo error que repite desde que empezó a jugar al golf años atrás. A este tipo de jugador evidentemente le encanta este deporte ya que de otro modo no estaría allí practicándolo. No puedo observarlo durante mucho tiempo. Su fracaso, todo este gasto infructuoso de energía, realmente me molesta. Aunque siga allí en el tee de practica hasta que tenga 90 años no va a progresar. Se va a volver cada vez peor porque se le van a grabar sus malos hábitos cada vez con mas profundidad. Sé que miles de golfistas se consuelan con el hecho de que el golf es un medio para hacer ejercicio y estar acompañado – lo cual es maravilloso – pero todo jugador de golf, en lo mas profundo de su corazón, quiere jugar este juego relativamente bien. Para hacerlo se necesita cierta aplicación, algo de reflexión y cierto esfuerzo, pero el jugador que lo hace con prudencia jugara buen golf y seguirá gozando de su golf cada vez mas durante el resto de su vida. El mayor placer se obtiene progresando.
Antes de empezar la enseñanza, permítame decirle mas específicamente lo que vamos a estar haciendo y lo que esperamos llevar a cabo. En primer lugar, el libro comprenderá cinco lecciones. En cada una presentaremos al lector-golfista uno o dos fundamentos para que los practique y se familiarice bien con ellos, de modo que vaya formando una base cada vez mas sólida sobre cual podrán añadirse los fundamentos siguientes. Yo creo que el golfista que dedique media hora diaria a practicar los puntos que expondremos durante estas cinco lecciones, mejorara su juego y su resultado inmediatamente y de forma decisiva. El grado de progreso que mostrara su juego variara según la calidad de la aplicación de cada individuo. Siguiendo con la practica y la aplicación de estos fundamentos, el jugador seguirá mejorando su juego – muy a menudo, mucho mas de lo que jamás soñó.
Yo creo lo siguiente, sinceramente: UN JUGADOR PROMEDIO ES COMPLETAMENTE CAPAZ DE CREAR UN SWING REPETITIVO Y BAJAR DE 80, si aprende a ejecutar una pequeña cantidad de movimientos correctos y, correspondientemente, elimina una cantidad de movimientos que tienden a impedir que el swing se repita.
En estas lecciones no vamos a intentar por cierto abarcar todo lo que concierne al golf, ni siquiera una centésima parte de ese tema casi inagotable. Lo que nos va a ocupar son los hechos del golf que han demostrado ser las cosas verdaderamente fundamentales - fundamentos que pueden controlarse y no dejarse simplemente a la imaginación o a la adivinación. Esto es todo lo que realmente se necesita.
En la opinión de amigos míos que son tradicionalistas sin reservas, muchas de mis ideas sobre el swing del golf son bastante revolucionarias. Yo creo que algunas de ellas efectivamente lo son. Desde mi punto de vista, algunas medidas consideradas durante mucho tiempo de suprema importancia en el swing del golf, no son realmente nada importantes. En cambio, algunas otras medidas que se han considerado de importancia solamente secundaria (o absolutamente de ninguna importancia) me parecen tener un valor inestimable – considero que son, de hecho, los verdaderos fundamentos del swing del golf moderno. Otra cosa. Estoy a favor de la clase de instrucción que da importancia a la naturaleza y sensaciones exactas de los movimientos que hace un jugador para obtener el resultado que quiere. Si le estuviera enseñando a un niño como abrir una puerta, no la abriría por el, dándole una extensa explicación sobre como quedaba la puerta una vez abierta. No, le enseñaría a dar la vuelta al picaporte para que pudiera abrir la puerta el mismo. Del mismo modo, en estas lecciones nuestro método subrayara lo que Ud. debe hacer para obtener el resultado deseado. Las acciones que causan el resultado - estas constituyen los verdaderos fundamentos del golf.
A pesar de los toques personales y diferentes maneras que forman parte del estilo individual de los grandes jugadores, no he visto nunca a uno cuyo método para pegarle a la bola no incluyera los fundamentos que recalcaremos. De otro modo, sencillamente, ese golfista no seria un gran jugador.
 


 

Consejos de Ben Hogan

 

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